El párroco, Gabriel Benedicto, tras las obras:

Martes, 02 Febrero 2016  (Oficina de información, Archidiocesis de Madrid)

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Este lunes, 1 de febrero, la parroquia Virgen de la Paloma y San Pedro el Real acogió un concierto de reapertura del templo, que ha permanecido cerrado por obras. Además de la intervención del coro y la orquesta Virgen de la Paloma, estuvo presente el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, quien presidió toda la celebración.

En una entrevista concedida a Infomadrid, el párroco, Gabriel Benedicto, explica que han vivido un momento «de gran alegría» porque «reabrirlo supone que vengan grupos como hacen todas las semanas, culturales, de parroquias o de colegios, y se vuelva a ver el cuadro de la Virgen de la Paloma y todo el templo con mucho esplendor, con una luminosidad que transmite mucho gozo».

¿Cómo ha sido le proceso de remodelado del templo?

El proceso, en principio, ha sido algo que era necesario. El templo estaba muy deteriorado desde hacía muchos años y se decidió poner en marcha un equipo de la parroquia para buscar cómo atajar este problema. Se habían caído de la fachada ladrillos, tacos, las humedades… así que el punto de partida era la necesidad imperiosa de rehabilitarlo. También es cierto que ha habido muchas dificultades y el camino no fue del todo fácil, pero hemos contado con la ayuda de los feligreses, de la asociación Amigos de la Paloma –que ha colaborado durante estos últimos años en la rehabilitación– y también de las administraciones públicas, como la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, quienes se comprometieron a dar 100.000 euros al año durante tres años. Este año terminamos ese convenio. Y también debemos agradecer al Ministerio de Fomento, que ha proporcionado 450.000 euros.

En esta última fase, desde Pascua hasta ahora, en la que el templo ha permanecido cerrado, se han terminado de restaurar las vidrieras, la piscina bautismal, la megafonía, el aire acondicionado, la maquinaria y los conductos, y la iluminación; se han recuperado las campanas; se ha acristalado el atrio, se ha pintado el templo, se ha puesto moqueta nueva y se han lijado y barnizado los bancos y el presbiterio…

¿Qué ha significado para usted este cambio en la parroquia?

Ha sido un momento, primero, de gran alegría. Físicamente, por la luminosidad que tenía el templo, el tono de la pintura y la iluminación, estaba algo apagado. Y ahora mismo es un espacio con mucho esplendor, con una luminosidad, que transmite mucho gozo. A mí, personalmente, me dolía tener el templo cerrado porque viene tantísima gente de toda España, que viene una vez al año a ver a la Virgen de la Paloma, y había una imposibilidad grande de abrir el templo y verlo. Reabrirlo supone que vengan grupos como hacen todas las semanas, culturales o de parroquias o colegios, que se vuelva a ver el cuadro de la Virgen de la Paloma y al ritmo normal. Hoy, de hecho, tenemos la presentación de los niños a la Virgen de la Paloma, y esta era la fecha límite, porque todos los años se presentan decenas de niños en este día y era el momento.

Da también mucha alegría porque hemos atajado otro de los grandes problemas, como era la accesibilidad al templo. Hay mucha gente mayor que ya no venía a la Paloma, y hemos puesto un ascensor en el patio para que la gente mayor pueda acceder, y también hemos instalado otro para los que quieran acceder al coro. Y, en vez de una rampa de acceso al templo por la calle Paloma, hemos puesto un elevador, también, para salvar los dos peldaños. Todo eso se agradece, teniendo en cuenta que viene mucha gente mayor…

Por tanto, para mí es una acción de gracias y de alegría por volver a tener el templo abierto a todos.

¿Cómo se le queda el corazón al párroco cuando se da cuenta de que 143.016 euros han sido los ingresos económicos donados por los feligreses?

Yo no conocía qué era la Paloma y, por tanto, uno se sorprende de que realmente hay muchísima gente que quiere a esta advocación mariana. Y a mí me sorprende el hecho de que desde que pides un presupuesto, por ejemplo, a unos jóvenes que vienen para hacerte un trampantojo –en forma de grafiti o mural– porque ya han hecho la Virgen de la Paloma, o que vas a por material a un almacén de luminarias y te encuentras una hornacina con la Virgen de la Paloma, o al darte cuenta de que es la patrona de conventos de Madrid y de fuera, y que hasta en el Real Madrid tienen un cuadro de la Virgen de la Paloma en el Bernabéu… Por tanto, me parece que el pueblo de Madrid tiene mucho cariño a la Paloma y la quiere mucho. Incluso aunque no sea practicante, llega mucho.

Y, por fin, la reapertura tras las obras. ¿Cómo fue el encuentro?

El encuentro fue, sin ninguna duda, muy bello. La intención de ofrecer un concierto-oratorio, con la invocación al Espíritu Santo y la oración, el Evangelio y la homilía, y sobre todo la música, siempre es una expresión muy fuerte de lo que es bello, de lo que es armonioso y que toca el corazón. Fue muy alegre y todos decían, desde los más jóvenes hasta los más mayores, que salieron con el corazón lleno de alegría. El arzobispo, además, estuvo muy acertado. Se le recibió con campanas, entre aplausos, con una homilía sencilla, donde –al hilo del Evangelio de la Presentación– habló mucho de la humanidad, señalando que Dios viene a nosotros y ha entrado en la historia, desde donde nos ha amado haciéndose hombre. Me quedo con esa palabra del arzobispo de entrar en la historia que, como decía en la consagración, está llena de soledades, pero que Cristo las ilumina y nos acompaña en el camino de la vida.

La Virgen de la Paloma, ¿qué pensará ante todo esto?

Sin Ella nos hubiésemos hecho esto. Nos han ayudado las administraciones, porque detrás había gente que también tenia devoción. Yo no he tenido otro contacto para todo esto que la Virgen de la Paloma… Y Ella estará contenta de poder volver a mirar a sus hijos y verlos a sus pies. Y seguirá moviendo sus hilos. Por ejemplo, en las fiestas de agosto, un bombero me dijo que quería hacer la Primera Comunión, que no podía volver en cada fiesta y no poder comulgar… Y, al final, la Virgen acerca, de una manera silenciosa, a Cristo.

Todo el esfuerzo, toda la espera y todas las horas invertidas… ¿han merecido la pena?

Sí, todo ha merecido mucho la pena. Ha sido mucho trabajo, y ya había trabajo previo antes de venir yo, pero sí lo ha merecido. Era algo que aquí dices el todo o nada, no puedes quedarte a medias. Ha sido mucho tiempo invertido, desde la limpieza general para que estuviera todo preparado, incluso para la presentación, hasta con personas del barrio que han venido a colaborar, y eso deja entrever que todos los esfuerzos han merecido la pena. Todos. Y ahora solo queda disfrutar…

Toda la información sobre las obras realizadas y el concierto de reapertura del templo, está disponible en la web de la parroquia.